¿Cómo analizar melódicamente y armónicamente las distintas notas que conforman un arpegio, o bien cualquier otro fragmento que presenta una figuración rítmica de múltiples líneas melódicas?
Seguro que en más de una ocasión te ha costado intuir qué notas de un arpegio eran reales y cuáles no. La falta de referencias melódicas y la inseguridad de estar cifrando correctamente los distintos enlaces armónicos (tanto a nivel de tipología/construcción de los acordes como relaciones de Tónica, Dominante y Subdominante respecto los distintos acordes) no ayudan a tener una idea clara de cómo interpretarlos.
En esta entrada daremos una serie de mecanismos para que tu cifrado sea totalmente justificable ante cualquier otro posicionamiento. Ahora bien, la dificultad de aplicar estos mecanismos será que previamente tendrás que conocer distintas cuestiones y conceptos que tienen que ver con la conducción de voces (variable Melodía, resoluciones y notas extrañas) respecto otros que afectan a la armonía, como por ejemplo el ritmo armónico, conocer la función de las distintas tipologías de acordes tríadas y sobretodo cuatríadas, y su correcto enlace en un contexto armónico determinado.
De entrada puede sonar un poco complicado. Pero no pasa nada, iremos paso a paso. Los aspectos anteriores los podrás tratar individualmente a lo largo de los cursos de MusicAccess. Trabajaremos con el siguiente ejemplo escrito por Edgar Basiana. Si clicas sobre la imagen podrás escuchar el ejemplo en cuestión.

Pues bien, no sé qué te ha parecido, pero en algunos puntos parece complicado extraer una armonía o bien decidir qué notas son reales y cuáles extrañas.
1er paso: empezaremos identificando el número de voces existentes en cada compás o fragmento. Un aspecto clave es imaginar los arpegios como acordes placados al primer tiempo del compás. También te puedes guiar construyendo un acorde placado con el resto de notas sobre la primera nota del bajo que encuentres. Esta última opción no siempre te funcionará, como veremos a continuación, pero puede ser orientativa. De este modo te será más fácil ver cuántas notas contiene cada acorde, independientemente de si están repetidas o no. Conserva la disposición que te proporciona el arpegio. A continuación, la idea sería unir las distintas notas de cada acorde placado con las notas del siguiente acorde, intentando crear líneas melódicas estables y fáciles de intuir que de alguna forma sigan las normas de los Corales a 4 voces tratadas en clase. Si seguimos estas indicaciones, nos tendríamos que imaginar los siguientes contornos melódicos:

2º paso: una vez delimitadas las posibles líneas melódicas, es hora de decidir cuántas voces hay en cada momento. Este es otro aspecto clave para posteriormente decidir qué notas son candidatas a ser notas extrañas, porque en determinados momentos verás que dos notas a distancia de 2ª Mayor o menor dentro de una misma línea melódica están compitiendo para entrar en el acorde, y ya sea por el acorde resultante o el enlace con el resto de acordes podrás escoger qué nota te conviene más. Teniendo en cuenta los contornos melódicos que han aparecido, podemos afirmar que en cada momento utiliza el siguiente número de voces:

3er paso: una vez tenemos claro el número de voces que utiliza en cada instante, es el momento de imaginarnos estos arpegios como un Coral a 3, a 4 y a 5 voces, según corresponda.

4º paso: gracias a esta representación, que tendrás que imaginarte, pero en ningún caso escribir porque perderías mucho tiempo, es mucho más fácil ver las duraciones “reales” de los valores de cada línea melódica. Por extensión, este paso nos facilita enormemente decidir el ritmo armónico. Recordar que, por norma general, el ritmo armónico acostumbra a seguir el movimiento de la línea melódica del Bajo. Por lo tanto, si agarramos como referencia esta última afirmación, necesitaríamos encontrar el siguiente número de acordes:

5º paso: a pesar de que la línea del Bajo nos puede ayudar y mucho a determinar el número de acordes que tendrá el fragmento (ritmo armónico), solo será orientativo. Observando esta primera aproximación, se puede apreciar que el ritmo armónico no está bien ajustado.
El primer desajuste lo encontramos en el 2do compás, donde sí que es verdad que la línea del Bajo no se mueve, pero el resto de voces superiores sí, determinando las notas esqueleto del acorde. Por lo tanto, estamos obligados a resituar el Do2 del Bajo respecto el resto de voces. Lo mismo pasa en el 3er compás. Si el resto de voces superiores acaban creando un nuevo acorde con una extensión de redonda, tanto el Do2 y el Si1 del Bajo tendrán que entrar, uno como nota real y el otro como extraña. Y el siguiente error lo encontraríamos en los compases 6 y 7, motivados por el mismo factor. A pesar de que la línea del Bajo no se mueve, el movimiento con notas reales del resto de voces superiores no concuerda con la nota del Bajo. Por este motivo, será necesario cambiar el acorde en el 3er tiempo del 6º compás y la caída del 7º compás. En definitiva, el ritmo armónico de este fragmento terminará siendo el siguiente:

6º paso: una vez tenemos el ritmo armónico correctamente asignado, ha llegado la hora de cifrar. A partir de aquí nuestra ocupación será ordenar las notas de estos 10 acordes por terceras, mirar si el acorde es tríada o cuatríada, y dependiendo de su tipología y función relacionarlo respecto la tonalidad principal (Do Mayor) u otro grado de la escala. En este fragmento no aparece ningún tipo de modulación.
La otra cuestión que finalmente podremos resolver con total tranquilidad es lo referente a las notas extrañas. Una vez ordenados los acordes por terceras desde sus fundamentales, habrá una serie de notas que no podrán formar parte del contexto armónico donde se encuentran. Será el caso del Mi4 de la 1ª voz del 2º compás, el Do2 del Bajo del 3º compás, el Fa4 de la 1ª voz del 4º compás, el Sol2 de la 2ª voz del 5º compás, el 3º y 4º tiempo del Sol1 del Baix del 6º compás, el Do3 de la 3ª voz del 7º compás, y el Fa3, Re3 y Si2 de la 1ª, 2ª y 3ª voz respectivamente del 8º compás.
Dicho todo esto, y teniendo en cuenta las tipologías de acordes tríadas y cuatríadas, sus funciones y su cifrado, el cifrado correspondiente a este fragmento tendría que ser el siguiente:

7º paso: en este cifrado hemos especificado tanto la función de los distintos acordes respecto la tonalidad principal como la tipología de las notas extrañas. Si lo deseas, clica sobre la partitura para escuchar como sonaría el arpegiado con este formato, y posteriormente compáralo con el arpegio original. Todo lo cifrado propuesto está relacionado con los conceptos que se trabajan en los cursos de MusicAccess.
El único aspecto que podría tener distintas interpretaciones sería lo que encontramos en el 8º compás. En algunos centros, cuando un acorde de Dominante se genera sobre la primera nota de la escala de la tonalidad principal que previamente venía de resolver saltando por 5ª Justa descendente o 4ª Justa ascendiente un acorde de Dominante, le llaman “Acorde de Sobretónica”. Desde MusicAccess no somos partidarios de esta interpretación, porque en esencia, las notas de las tres voces superiores del 8º compás se comportan como apoyaturas que resuelven dentro del mismo acorde de Do M, 1er grado de Do Mayor.
Dicho esto, el análisis definitivo del fragmento arpegiado propuesto al inicio de este post sería el siguiente:

Espero que esta entrada te haya ayudado a saber cómo interpretar las conducciones y enlaces armónicos de un fragmento arpegiado, o bien figurado rítmicamente. Recordarte que en los cursos de MusicAccess encontrarás información mucho más detallada de la teoría utilizada para cifrar con corrección y exactitud este fragmento.
Ejemplo práctico:

